Aquí hay unos apartes de la entrevista realizada a una de las Guardianas del Cementerio Central de Bogotá, la señorita Yamile Romero una mujer observadora que ha hecho una maestría en sicología y antropología durante su trabajo en el Cementerio. Por ejemplo, ha aprendido a diferenciar entre las formas como las personas afrontan la muerte. Según ella, varían de acuerdo al nivel social. “Cuando el muerto es de estrato alto las personas no lloran. Cuando es de estrato medio, lloran un poco y se van, pero cuando son de estrato popular, esos sí hacen espectáculo: lloran, le dan besos y se quieren tirar al hueco con el muerto, bañan en aguardiente o le echan el humo del porro al ataúd, traen mariachis, lo traen en zorra… eso que no hacen. Incluso algunos echan bala y una vez casi le vuelan la cabeza a un operario”, cuenta.
El Cementerio Central de la ciudad de Bogotá es un atractivo que nos puede ofrecer historia, arte y mitos urbanos, atractivo que en la comunidad no es muy reconocido y poco valorado.
Éste monumento nacional en cada parte de su estructura nos brinda una rica variedad de emociones que vienen desde la admiración de la creencia urbana hasta la apropiación de la historia con cada uno de los personajes que yacen en este lugar; es por tal motivo que espero éste blog genere en ustedes la necesidad de valorar y preservar ésta necrópolis por toda la riqueza que se encuentra allí concentrada.
¿Sabías algo de los "pesonajes milagrosos" del Cementerio Central?
Aquí hay unos apartes de la entrevista realizada a una de las Guardianas del Cementerio Central de Bogotá, la señorita Yamile Romero una mujer observadora que ha hecho una maestría en sicología y antropología durante su trabajo en el Cementerio. Por ejemplo, ha aprendido a diferenciar entre las formas como las personas afrontan la muerte. Según ella, varían de acuerdo al nivel social. “Cuando el muerto es de estrato alto las personas no lloran. Cuando es de estrato medio, lloran un poco y se van, pero cuando son de estrato popular, esos sí hacen espectáculo: lloran, le dan besos y se quieren tirar al hueco con el muerto, bañan en aguardiente o le echan el humo del porro al ataúd, traen mariachis, lo traen en zorra… eso que no hacen. Incluso algunos echan bala y una vez casi le vuelan la cabeza a un operario”, cuenta.
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